Por Israel Izábal Salazar

Platón siempre hizo alusión a la trascendencia del espíritu y a ese “Mundo de las Ideas” donde habita la idea original de cada ser.

Para cada estudiante, los hábitos y la trascendencia debe ser un circuito de vida que los conduzca a la satisfacción personal e incluso más allá: a la plenitud de su persona.

Los hábitos se van adquiriendo desde los primeros años y debe aprenderse esta buena costumbre que se va forjando día a día para llegar a una meta u objetivo y, cuando esto se logra, se alcanza la trascendencia del interior de la persona reflejada en alegrías que, acumuladas, pueden lograr la felicidad.

Los hábitos en un estudiante deben comenzar desde preparar su conciencia, sabiendo que en el día a día aprenderá algo nuevo, siendo de suma importancia que tanto padres de familia y maestros motiven para ese encuentro con el conocimiento. También debe preparar su espacio y materiales necesarios para sus clases virtuales, cuidar su imagen para verse y sentirse bien por amor propio, hasta cumplir con sus labores escolares llegando a sus máximos logros académicos, entendiendo que cada persona es diferente y que dicho logro a conciencia debe representar más la satisfacción interior que un número calificador.

Trascender pues, para un estudiante, debe ser lograr dar su máximo a conciencia y saber que si llegó a la excelencia fue por su esfuerzo en base a sus buenos hábitos, y aun cuando la calificación o promedio no sea la más alta, pero, si el estudiante sabe que dio todo su esfuerzo, su satisfacción debe ser su tranquilidad, y así, de platónica manera, después de haber logrado el esfuerzo físico impulsado por su espíritu logrando buenos hábitos, pueda ir más allá del mundo físico al apaciguamiento interior, a sabiendas de que sus conocimientos son tan plenos como los entes plenos del Mundo de las Ideas.

Motivemos pues, como adultos, los buenos hábitos en los estudiantes para que el día  de mañana logren trascender más allá del mundo materialista y logren así trascender al bienestar de su yo interior en una vida honesta y con valores.